“Hay que trillar rápido los maíces tardíos atacados por la chicharrita por el peligro de vuelco ante un temporal o fuertes vientos”, aconseja Juan Balbín, productor de General Villegas. El empresario ve que las plantas ya están secas y “entregadas”, a pesar de que faltaban entre 40 y 60 días para la cosecha.
La caña tiene muy poca lignina, lo que determina que se vuelque ante un mínimo empuje. Ocurre que los últimos hallazgos científicos indican que, además de los daños causados por la bacteria Spiroplasma que inyectan, las chicharritas también alteran toda la fisiología de las plantas al atacarlas con su aparato bucal chupador, que destruye el floema y da la oportunidad para el desarrollo de fumaginas.
La combinación de ambos ataques produce un efecto similar al de una ola de calor, al de una muerte súbita, que destroza el vigor de la caña y provoca el secado de las hojas. Muchos productores van a cosechar el 50% del rendimiento objetivo y tendrán problemas con la calidad los granos por menor almidón y ataque de hongos; su principal destino podría ser la dieta de bovinos, porque los productores de aves y cerdos, los exportadores y las industrias van cuestionar su composición.
Muchas dudas
Hacia adelante la incertidumbre reina entre los agricultores, que se ven compelidos a cambiar abruptamente el sistema productivo. En la región templada muchos evitarán la siembra tardía de maíz –representó el 70% de la campaña 2023/2024–, que hubiera funcionado muy bien en años con evento Niña. Por otro lado, serán necesarios monitoreos semanales de la población de chicharritas y evitar la siembra ante registros altos en el campo o en las cercanías.
“Se podrían hacer tratamientos insecticidas de control, pero la chicharrita puede volar 30 kilómetros por día y reinfestar rápidamente un lote tratado”, advierte Balbín.
La herramienta genética que desarrolle tolerancia sería el camino para resolver este angustiante problema, que cayó como un ácido sobre la economía de los productores, pero, ante un evento inesperado, los resultados necesariamente se verán dentro de bastante tiempo.
Fuente: La Nación Campo