En el marco de una producción sustentable, la ingeniera Agrónoma Elizabeth Villagra, profesora Asociada a cargo de la Cátedra Horticultura de la Facultad de Agronomía y Zootecnia explicó para Suena a Campo que se encuentran en la búsqueda de alternativas para reemplazar el uso intensivo de insumos externos como agroquímicos. “Estamos trabajando en todo lo que involucra a nivel ambiental y a nivel de salud del consumidor”.
En el caso de la frutilla, es un cultivo demandante en distintas etapas de fertilización con agroquímicos y también de fitosanitarios. Es por eso la importancia de esta investigación, que busca opciones más sostenibles para su producción.
La investigación se lleva a cabo en la cátedra de Horticultura de la facultad de Agronomía y Zootecnia de Tucumán. La misma es posible gracias al aporte de estudiantes, que mientras aprenden, aportan a la investigación, y del sector productivo que proveen el material vegetal.
El objetivo del proyecto es evaluar la respuesta de 8 variedades de frutilla tempranas y tardías a la inoculación con bacterias autóctonas del género azospirillum (azospirillum brasilense). Las variedades fueron implantadas en contenedores y a campo, con el fin de poder llegar a resultados que tengan capacidad de transferencia al sector productivo.
“Trabajamos con la cátedra de microbiología vegetal que nos provee el inóculo bacteriano. A su vez, este último fue extraído de tejidos de planta de frutilla. A partir de ahí, nosotros hacemos la inoculación en nuestros plantines a nivel radicular. Luego seguimos con la implantación tradicional. Por otro lado, repetimos este proceso sobre un manejo convencional -como lo hace el productor-, con bordo, fertirriego y mulching de plástico”, indicó la profesora.
Resultados alentadores
Las actividades se iniciaron con una variedad llamada Camino Real -de comportamiento tardío-. En la campaña 2018-2019 inoculamos con dos tipos de bacterias. En esta oportunidad trabajamos con frutilla inoculada y sin inocular. Se evitó todo uso de agroquímicos, para poder evaluar la respuesta del cultivo a la bacteria. “De esta forma obtuvimos resultados muy alentadores desde el punto de vista de crecimiento vegetal -aparición de hojas, porte de la planta, número de flores y frutos, peso de los frutos-. En general, los rendimientos comerciales totales que se obtuvieron fueron entre 560 y 580 gramos por planta. Significa un indicador muy bueno en este aspecto”, señaló la ingeniera.
Sin embargo, cabe aclarar que de acuerdo a los materiales con los que se trabaja habría que realizar numerosas experiencias para validar los resultados y que tengan capacidad de transferencia al sector productivo.
“Es una necesidad que tenemos a nivel productivo y de comercialización por los requerimientos que tienen los mercados de exportación en cuanto a la trazabilidad de los productos. Además la sostenibilidad es una cuestión de concientización personal y colectiva”, manifestó.
Importancia del cultivo en el país y en Tucumán
El cultivo de frutilla adquiere cada vez mayor importancia cada vez mayor. “Argentina ocupa el tercer lugar en cuanto a producción del cultivo de Sudamérica. 1350 hectáreas aproximadamente fueron destinadas a este cultivo. Esto representa una producción de casi 50.000 toneladas”, comentó la ingeniera Elizabeth L. Villagra, Profesora Asociada, a cargo de la Cátedra Horticultura de la Facultad de Agronomía y Zootecnia. Dentro de las provincias productoras se destacan Buenos Aires, Tucumán y Santa Fe -con el casi el 70 por ciento de la producción total-. En menor medida participan en el mercado las provincias de Jujuy y Corrientes.
“En Tucumán la superficie varía, aunque ronda las 350 hectáreas. En la campaña anterior la producción fue de 10.000 toneladas de fruta”, destacó Villagra.
Es importante tener en cuenta que el mercado de producción frutillera en nuestra provincia tiene como principal destino el mercado fresco con producciones tempranas -de primicia- y también frutilla para procesado y exportación.
La campaña inició con demoras
“La producción se inició con alguna demora por problemas con los plantines -que vienen del sur del país-. Aproximadamente a mediados de mayo y principios de junio se realizó la implantación del cultivo en la zona pedemontana de la provincia. En la cátedra de horticultura también recibimos la provisión de plantines. Hoy estamos en plena producción, dentro de la etapa de crecimiento e iniciando la etapa de desarrollo”.
La universidad y el sector productivo. Un círculo virtuoso
La ingeniera Villagra agradeció y destacó el vínculo con los productores. Ellos son los que proveen los materiales vegetales de propagación para poder llevar a cabo las investigaciones, que a su vez suman al conocimiento de los alumnos y estos aportan su fuerza de trabajo. En la cátedra de horticultura “habitualmente trabajamos con cultivo de papa. Durante el año pasado, en pandemia, pudimos concretar ensayos con diferentes números de variedades de batata, y arrojaron interesantes resultados, todo el material es aportado por el sector productivo, de ahí el mayor compromiso en el tipo de resultado”, expresó.
Fuente: Suena a campo.